La transfusión de sangre consiste en la administración directa de sangre o sus componentes en el torrente sanguíneo del paciente. En pacientes oncológicos, la necesidad de transfusiones surge debido a los efectos del cáncer y sus tratamientos en la médula ósea, donde se producen las células sanguíneas.

Tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia pueden reducir la producción de glóbulos rojos, blancos y plaquetas, provocando anemia, susceptibilidad a infecciones y riesgo de hemorragias. Las transfusiones proporcionan componentes sanguíneos esenciales para mantener la oxigenación, fortalecer el sistema inmunológico y prevenir sangrados excesivos.